viernes, 31 de julio de 2009

“OBRAS TRASCENDENTES”.


El espaldarazo indirecto que recibió el Intendente actual en la última elección del 28 de junio, donde obtuvo un número de concejales adictos que ingresarán al Concejo Deliberante a partir de diciembre, además de un halago, debe ser, necesariamente, una gran responsabilidad para su gestión.

Bien es cierto que hasta ahora se han concretado obras como son la pavimentación lenta pero segura de densos sectores de la población, en modo especial en barrios apartados, la pavimentación de la calle Alberdi hasta su empalme con la ruta l88, las ostensibles mejoras en las plazas públicas , la iniciación de los trabajos en la ampliación de la pista de la salud en el sector comprendido entre Garibaldi y Posadas, con el , anfiteatro en construcción, iluminación, pérgolas y caminos internos lo que modificará sustancialmente ese sector donde desaprensivos vecinos arrojaban basura, son algunas muestras de una constante preocupación por mejorar y hacer realidad el slogan de “Junín está lindo”.

Sin embargo, nadie puede dejar de constatar un hecho: la cosmética no alcanza para los tiempos modernos. Existen ciudades vecinas, Chivilcoy y Pergamino, entre otras, que están marcando el paso en la región y la nuestra no se puede quedar atrás.

Es cierto que Mario ha chocado con una oposición cada vez más férrea en el Concejo. También lo es que cuando apoyó al campo, inmediatamente el “pingüino” que supimos conseguir habría ordenado que no se le diera más dinero a nuestra comunidad, en fin, no le han faltado opositores de diversa laya.

Sin embargo, a partir de diciembre, con un Concejo donde sus hombres pueden hacer mayoría, ciertos proyectos en carpeta podrán materializarse. El túnel a diferente nivel sobre calle Rivadavia, su larga aspiración, puede ser una realidad en la medida que se estudien seriamente alternativas. Algún crédito internacional, el sistema de peaje, la contribución empresarial privada, en fin, hay muchos caminos para concretarlo.

Más, existen otras obras que no admiten dilación: por ejemplo, la terminal de ómnibus que debe concretarse de inmediato en las adyacencias de la ruta 7 y para lo cual debe interesarse a gran cantidad de empresas que pasan y no entran a Junín, amén de las que traen sus unidades mastodónicas a una terminal de l958, totalmente abarrotada con los naturales problemas de tránsito que ocasionan.

Ni que decir tiene el Plan Urbanístico estratégico que debe ser nuevamente “aggiornado” y discutido con la participación del Colegio de Arquitectos y otros estamentos ciudadanos.

También hace falta, ahora que llega “el Niño”, según los meteorólogos, recuperemos la pesca del pejerrey, lo que han logrado otras lagunas como la de Trenque Lauquen , Chascomús y Guaminí, mientras nosotros seguimos sin solucionar el asunto, pese a los esfuerzos realizados.

Y desde luego, encarar algunas realizaciones que no exigen demasiado presupuesto, verbigracia, UN CINE, pues es una vergüenza que una ciudad como la nuestra carezca de una sala apropiada. En eso, la Dirección de Cultura, con su desinterés, tiene mucho que ver.