domingo, 29 de agosto de 2010

LA RADIO AYER Y HOY





Se acaban de cumplir 90 años de la existencia de la radio, invento que muchos se atreven a calificar como de “invento argentino”. Lo cierto es que Enrique Telémaco Susini y sus amigos en lugar de perder el tiempo en charlas de café fueron capaces de diseñar una metodología que los llevó a poder  trasmitir la ópera “Parsifal” para un grupo de privilegiados que vivían en las inmediaciones y tenían aparatos apropiados para poder escuchar esa magnífica pieza de Richard Wagner.
Después de tanto tiempo  cabe preguntarse, si como todo invento, la radio ha contribuido al progreso de la humanidad o por el contrario, se ha convertido en un instrumento más de desasosiego y opresión para inmensos sectores de la humanidad.
 Una primera opinión indica que es un medio de los más avanzados que está a la altura de los más desarrollados del orbe.
Las dos guerras mundiales del siglo pasado, con su inmenso desarrollo tecnológico, han total objetividad si sobre todo en los últimos tiempos, la radio acompañada de su hermana menor, la televisión, no son factores de la decadencia de la humanidad.
Decimos esto porque el lenguaje que se emplea, la ordinariez de muchos programas, la falta de preparación de los conductores está demostrando bien a las claras que a medida que van desapareciendo figuras respetuosas del oyente como por ejemplo Antonio Carrizo o Héctor Larrea van surgiendo otros del estilo  de Oscar González Oro, “Beto” Casella, Jorge Rial, Mario Pergolini, Alejandro Fantino, “Baby” Echecopar y otros que, teniendo condiciones tal vez, como los primeramente mencionados, no son capaces de continuar la senda de los viejos maestros.       
Pienso que es  un afán crematístico el que los mueve  o bien instrucciones de gente adocenada que lo único que quiere es utilizar al medio para obtener pingues beneficios para su bolsillo.
El lenguaje descarnado, que a veces puede emplearse solo como excepción, lo único que produce es un desencanto evidente en maestros y profesores que hoy por hoy no se atreven a corregir a sus propios alumnos y mucho menos a los alumnos de otros, llegándose a  escándalos como los que estamos viviendo estos días en los principales colegios de Buenos Aires, donde la cuestión ha tomado tal cariz que se sospecha que estamos en presencia de un conflicto de larga data.
En rigor, esta cuestión del lenguaje radial ha tomado tal virulencia que cabe sospechar que un medio tan importante y aglutinador como es la radio nos traslada a épocas pasadas donde la radio era vehículo de cultura y nunca mero entretenimiento.
Quizás el ejemplo más vívido esté representado por un a figura extraordinaria como fue en su tiempo Hugo Guerrero Marthineitz, “el peruano parlanchín”, el que llegó a dormir en un sillón del hall de Radio Rivadavia porque no tenía trabajo en ninguna emisora.
Está demás decir que a medida que ha pasado el tiempo la radio ha dejado de ser un instrumento de cultura para transformarse en una vía propicia para toda clase de experimentos eróticos y hasta experiencias de todo tipo, donde se advierte que no existe un control o bien una manera de custodiar valores perennes, por lo que es de desear que muy pronto se recuperen modos y maneras argentinos que nunca debieron ser abandonados.
Que lejos estamos en el plano deportivo de aquellos relatos impagables de Joaquín Carballo, “Fioravanti”, Félix  Daniel Frascara, Ricardo Borocotó, “Lalo” Pelichiari, Enzo Ardigó y otras figuras del ayer que con su impecable decir vestían las crónicas deportivas y donde aún en el plano deportivo otorgaban a sus relatos una categoría que ya ha desaparecido desde hace rato.
En definitiva: la radio argentina atraviesa un período de decadencia y tal vez, como le sucede a nuestro país en general sigue un derrotero cada vez más alarmante.

lunes, 23 de agosto de 2010

EN BUSCA DE VERDADEROS ARGENTINOS


Resulta llamativo que un país tan grande y medianamente desarrollado como es la Argentina no haya logrado todavía identificar a sus verdaderos héroes, empezando por el General Manuel Belgrano, a quien se le han retaceado varios homenajes, entre otros, recordar el Éxodo Jujeño, que fue una maniobra verdaderamente de relieve y que impidió que los realistas llegaran prácticamente hasta Córdoba, siendo detenidos en Tucumán y posteriormente rechazados para nunca mas volver a nuestro Norte.
Esta acción propia de un hombre visionario debe ser incorporada a uno de los fastos más grandiosos y que se logró por la decidida actitud del jefe y por la increíble subordinación de una población que dejó todo, hasta sus propias casas, para seguir a un hombre que había perdido en Huaqui y que sin embargo fue seguido sin vacilación alguna por los pobladores.
Es realmente curioso como otros pueblos recuerdan sus triunfos y el nuestro, en cambio, padece de una miopía que lo hace indiferente al pasado glorioso que algunos hasta denigran, como es el caso de quienes lamentan todavía que los ingleses hayan sido rechazados en 1806, en 1807 y también durante la batalla de Obligado.
Sin ir mas lejos, Argentina podría jactarse de ser el único país en la historia que le ganó una guerra a  Gran Bretaña como sucedió en los comienzos del Siglo XIX.
Ahora bien, aquellas generaciones se parecen poco a nuestros paisanos de hoy pues está visto que los apetitos electorales no permiten avanzar en procura de una solución donde se dejen de lado cacicazgos donde existen demasiados caciques y pocos indios.
Un ejemplo de la decadencia argentina lo da la comparación con el Brasil, que hace cincuenta años y en tiempos del ABC- unión entre Getulio Vargas por Brasil, Ibáñez del Campo por Chile y el general Perón por Argentina- se buscó un intento de integración plena, naturalmente encabezado por la Argentina, siendo que por aquellos días la República del Brasil lo miraba desde abajo a nuestro país, siendo absolutamente opuesto a lo que sucede en los tiempos que corren.
Además, resulta llamativo que en una democracia se haya instalado prácticamente una dictadura, habida cuenta que el matrimonio “k” no respeta sistemas o leyes que le sean perjudiciales a sus designios y que permiten actuar con total desvergüenza y matonismo a funcionarios como Guillermo Moreno, Luis D Elia y tantos otros que violan sistemáticamente las leyes y lejos de apartarlos son ratificados en sus cargos.
Cabe preguntarse si actualmente vivimos en un  ESTADO DE DERECHO, aunque la respuesta no parece difícil, habida cuenta que el Gobierno Nacional se introduce en toda cuestión que le interese a sus fines meramente electorales, pues debemos recordar que el plan de los Kirchner consiste en perpetuarse en el poder, al menos hasta el 2015, tal como lo anunciaron cuando ganaron la primera vez.
Existe en el país una necesidad imperiosa de dejar definitivamente en claro asuntos de una envergadura superior como es la cuestión de los hielos continentales, donde resulta inaplicable cualquier solución que no pase por la reserva del agua para las futuras generaciones sin ninguna injerencia de compañías extranjeras - verbigracia la Barrick Gold Corporation-.
También la minería a cielo abierto es un tema más que clave y prioritario para cualquier país que se jacte de serio, pues se trata de bienes imperecederos que nunca deben salir del patrimonio argentino ni estar subordinados a intereses meramente comerciales.
Tanto la minería a cielo abierto que autorizó se lleve a cabo el gobernador kirchnerista José Luis Gioja de San Juan como el tema de los hielos continentales que la Sra. Presidenta eligió ignorar prima facie su protección y que, incluso, ocasionó que el diputado Miguel Bonasso diera un paso al costado en su alineamiento al actual gobierno nacional, son temas tabúes para el matrimonio ”k”, pero por otro lado, tampoco puede ignorarse que la oposición no se exprese de manera tajante en contra de lo que está por ocurrir en la provincia de Corrientes, donde hay un proyecto de dos empresas arroceras que hasta preocupa al gobierno uruguayo, porque es motivo potencial de un conflicto medioambiental y jurídico con el vecino país y ni siquiera todavía está cerrada la herida por la papelera Botnia.
La represa que intenta construirse lleva el nombre de Ayuí Grande, y es promovida por dos emprendimientos privados, uno vinculado al empresario norteamericano George Soros, y otro ligado con José Aranda, accionista del grupo Clarín.
 Es tan riesgoso este proyecto que hasta se afirma pueden inundarse 8.000 hectáreas en pos de dicho emprendimiento.
En fin, algo es seguro y es que todos debemos , cualquiera sea nuestra ideología y más aún los ciudadanos independientes que no pertenecemos a partido político alguno, luchar con los medios que tenemos a nuestro alcance y trabajar para vivir en busca de un futuro mejor.

domingo, 8 de agosto de 2010

Matar al mensajero


Cuando recorro las calles de Junín suelo recibir felicitaciones por estas notas, en modo particular de la gente que tiene una edad parecida a la mía.
No faltan por supuesto, algunas críticas, sobre todo en los medios digitales donde ni siquiera se sabe el verdadero nombre de quien  comenta y lejos de refutar la idea directamente descalifican al autor.
Supongo que con todas estas actitudes buscan prioritariamente que los jóvenes tengan una visión distorsionada de mi actuación en algunos períodos, verbigracia, eligen ignoran que nada tuve que ver con la dictadura de Videla, pues mi desempeño como Intendente de Junín fue mucho antes, durante el gobierno de Juan Carlos Onganía.
También olvidan los detractores que fui Convencional Nacional Constituyente en Santa Fé/ Paraná en 1994  elegido con el voto popular y donde tuve la satisfacción de expresar mis ideas y contribuir a mi manera a la sustentación de una Patria grande, para todos los argentinos.
Fui uno de los pocos que en el recinto se atrevió a cuestionar el Pacto de Olivos, donde Raúl Alfonsín trabajó para su estatua y Carlos Menem para su reelección.
Hecha esta aclaración pasemos al hoy, donde advertimos que por un lado tenemos un gobierno nacional casi autocrático donde todos los días se elaboran proyectos que tienden a limar las ideas de la oposición, algunas de las cuales, verbigracia, el aumento a los jubilados, el problema de los hielos continentales, y la minería a cielo abierto y la reducción de los impuestos a la soja son iniciativas que hacen al bien público.
Tampoco se debe desconocer que la incesante actividad de Cristina Fernández de Kirchner y el subterráneo trabajo de su esposo permiten avizorar un panorama propicio para seguir en el poder después del 2011. Claro que a ello contribuyen la falta de unidad de la oposición donde hay demasiados caciques y pocos indios.
Hasta que los adversarios del actual gobierno no comprendan que por encima de todo deben encolumnarse en un proyecto común y hasta que dejen de sacarse fotos comprometedoras con los actuales funcionarios del régimen imperante, será en vano lograr coherencia donde no la hay.
Desgraciadamente podemos comprobar que existe una ambición de poder que permite sospechar que aquellas virtudes cívicas como la lealtad, la caballerosidad, el altruismo, la honradez y la dignidad están lejos de nuestros políticos actuales, en modo especial cuando aparecen supuestos sobornos que hacen que funcionarios que llegan al poder con una mano atrás y otra adelante y que al poco tiempo son terratenientes, como muchos de los casos que todos conocemos y que ya ni vale la pena reiterar porque desgraciadamente nuestra justicia actúa con lenidad y muy difícilmente condene a alguien mientras tenga poder.
También hay que referirse, casi en forma obligada, al enfrentamiento ostensible del kirchnerismo con la Iglesia Católica, que es uno de los pilares de nuestra historia.
Anticipadamente se puede vaticinar que muy pronto llegará el día de la separación de la Iglesia con el Estado, acentuando si cabe un propósito laicista y que también repercutirá en lo económico.
Quizás sea precedido de una ley a favor del aborto, la eutanasia y como elemento definitorio lo que sucedió con la aprobación del casamiento de personas del mismo sexo.
Lo primero que debe puntualizarse, es que los medios en general contribuyen muy poco o nada a lograr un clima de paz y tranquilidad en el país, pues muchos de ellos con tal de lograr una nota rimbombante se permiten azuzar a los políticos y de ese modo crean rencillas y discusiones estériles a través de reportajes mal intencionados.
En una reciente nota de Ernesto Tenembaun en la Revista “Veintitrés” se señala con acierto que, por caso, cuando la artista Patricia Sosa hace unos días actuó en el acto de inauguración de la Sociedad Rural y cantando el himno nacional, inmediatamente se la calificó de “pro-genocida”, algo similar con lo que viene ocurriendo con otras figuras, que simplemente fueron a trabajar mediante un cachet o contrato como cualquiera que vive de su trabajo en el rubro que fuere.
Como se verá, cualquier hecho es bienvenido para descalificar, señalar y herir, siendo que en el caso de la canta-autora lejos de tener una posición política pública, es una asidua colaboradora de los que mas necesitan y es muy elogiable su labor en la provincia del Chaco, a la que concurre habitualmente al “Impenetrable” para hacerles llegar donaciones a muchos desclasados y olvidados en nuestro país, tarea que realiza  mediante su fundación “Pequeños gestos”.
Por todo esto, puede afirmarse que estamos en una suerte de caza de brujas que esperemos algún día termine en nuestro país, pues todo ello causa divisiones y antagonismos en una Patria que quiere ser grande y poderosa.

lunes, 2 de agosto de 2010

LOS TRES PERONES


Confieso que nunca había estado  como paciente en el Hospital Zonal de Agudos “Félix Abrahán Piñeiro” de Junín hasta que me tocó superar una grave enfermedad de la que todavía no he salido, pero debo admitir que el equipo de profesionales que me asistió en la emergencia demostró una eficacia enorme y además pude comprobar la capacidad y también el excelente estado en general de las instalaciones, aunque como he dicho, mas me asombró la excelente predisposición de los médicos y del personal auxiliar.
No en todas las clínicas privadas se ve lo que vengo apuntando por lo que quiero expresar mi mas absoluto agradecimiento, tanto mío como de mi familia.
Este hospital es precisamente obra también del primer peronismo y por eso decimos en el título que en rigor, hubo tres “perones”.
 El primero fue el que logró una transformación enorme en el país, pues fue la primera vez que las clases pobres lograron un bienestar que jamás habían tenido. Desde poder veranear en Chapalmadal hasta conseguir sindicatos fuertes que exigían y lograban determinadas conquistas laborales. Todo esto fue acompañado de planes quinquenales que dieron muy buen resultado, apunto tal que la Argentina dio un giro de 180  grados como cuando uno da vuelta un guante.
De aquel país agro-exportador, se logró pasar a un país con sesgo industrial, pues Perón sabía como estimular a los industriales al tiempo que conseguía, por ejemplo, que se construyeran autos nacionales como el “Di Tella” y otros, hasta un avión que el pueblo denominaba “pulqui” y que se usaba con fines propagandísticos. Ese fue sin dudas el mejor Perón, pues había regresado de Europa y siempre tuvo en cuenta las experiencias totalitarias de Mussolini hasta que fue derrotado por un golpe de estado que se conoció en la historia como la “Revolución Libertadora” y que ahora podemos vislumbrar que fue una experiencia totalmente negativa y que dio nacimiento al llamado “gorilismo” y que ningún beneficio concreto trajo a la república.
El segundo Perón es el del exilio y de los 18 años que pasó en España, mas precisamente en “Puerta de hierro”. Allí fue receptáculo de numerosas visitas que en rigor lo único que hacían era pelearse entre ellos para ver quién disfrutaba del apoyo del líder ausente. Esto traía como consecuencia que existiera entre sus huestes rivalidades menores mientras se creía que jamás volvería a retomar el poder.
Era un Perón vivaz, hábil para toda clase de maniobras y que contaba con el apoyo de su segunda mujer, María Estela Martínez de Perón, alias “Isabelita” y del que luego tendría un protagonismo nefasto, José López Rega, aunque  todo esto sucedió mayoritariamente muerto el líder.
Naturalmente, todos los del movimiento peronista sean de izquierda o de derecha aspiraban a obtener la bendición del líder y trataban de llevar agua para su molino.
Perón con la astucia que lo caracterizaba nunca daba la última palabra a nadie, pero indudablemente en su fuero íntimo tenía preferencias obvias por el ejército y el sindicalismo.
No hay que olvidar que era un hombre de las Fuerzas Armadas, por lo que siempre esperó obtener un acuerdo con los militares, incluso con aquellos que eran tan reacios a sus propósitos. Finalmente y después de 18 años de exilio, volvió al país.
El tercer Perón venía imbuido de firmes convicciones democráticas y pensaba que la única solución era la unidad nacional.
Sin embargo, cuando llega al país se encuentra con una realidad totalmente diferente para la cual venía preparado.
Estaba operando la tendencia revolucionaria, organismo decididamente comunista y que se había adiestrado especialmente en Cuba, que a su vez recibía directivas de los cubanos de Fidel Castro. Había aparecido el “entrismo”, es decir, un sistema que permitía ingresar a muchos infiltrados en la estructura peronista.
Comenzaron primeramente durante el gobierno de Héctor Cámpora intentos de captar los puestos de gobierno más importantes para instaurar después la “patria socialista”. Eso hizo que el viejo soldado comenzara a advertir que los asesinatos estaban dirigidos a ablandar no solo a Perón sino también a la población en general.
Fueron días muy duros, con secuestros terribles como el caso del coronel Larraburu y que culminaran con la muerte de José Ignacio Rucci, que enterado Perón dijo:”me han cortado las piernas”. A partir de allí se convenció que no podía haber tregua, pues ellos no querían una patria peronista, sino una patria socialista, abastecida por Fidel Castro y Mao Tse Tung y que se llamó “la juventud dorada”, luego pasando a ser “los imberbes” y a quien el Jefe de la s Fuerzas Armadas echó de la Plaza de Mayo.
Fue tal el propósito del General de constituir un pacto social que hasta cuando exigió la renuncia de Cámpora estuvo a punto de completar el binomio presidencial con Ricardo Balbín, pese  a la oposición de Raúl Alfonsín y otros radicales que decían ser de izquierda y apoyar la social democracia.
En fin, que cualquiera sea la versión que objetivamente tengamos de Juan Domingo Perón, nadie puede dudar que estamos en presencia de un gran argentino.