martes, 15 de septiembre de 2009

El individualismo argentino


Aunque no lo parezca, el futbol deporte de masas, guarda estilos de juego parecidos a la forma de ser de sus connacionales. Verbigracia, un inglés es práctico y fuerte, lo mismo que un alemán, un holandés es juguetón y nada convencional, un brasileño sabe jugar en equipo –eso es lo que diferenció siempre a Pelé de Maradona pese a que éste individualmente era más brillante.

Mientras que un argentino es un ser excepcionalmente dotado para la práctica del más popular de los deportes pero no sabe jugar en equipo, salvo que tenga, como en el caso de Messi, a su lado jugadores complementarios, como Xavi o Iniesta, abastecedores del nombrado en el Barcelona que le permiten rendir y desarrollar todo su potencial.

Curiosamente, estas características son las que prevalecen a la hora de triunfar.

Los argentinos somos creativos, inteligentes, dotados, pero carecemos del espíritu de sacrificio. Amen de ello, siempre estamos envidiando al otro, verbigracia, los habitantes del gran Buenos Aires respecto de los campesinos, con las honrosas excepciones del caso.

Este modo de ser es el que siempre nos ha traído dificultades enormes como más de una vez lo han afirmado quienes nos han visitado en todos los tiempos.

Sarmiento, desde todo punto de vista un hombre excepcional, no tenia en claro si era argentino o chileno a punto tal que llego a sostener los derechos de Chile en la contienda con la Argentina por las líneas demarcatorias de la frontera en el extremo sur. Su desprecio por el gaucho y en general por todo lo autóctono le hizo importar hombres y cosas que no siempre se adaptaron a nuestras costumbres y que sembraron semillas de disociación.

Maradona, salvando las distancias, fue, junto a Moreno, el jugador mas grande que tuvimos pero que sepa de fútbol no significa que pueda dirigir un equipo pues un director técnico de nivel superlativo tiene que tener otras aptitudes. Un melómano puede comprender y sentir la música pero ello no significa que pueda dirigir una orquesta.

Justamente, este individualismo malsano y crónico se aplica también a nuestros políticos. En nuestros días, la habilidad de Kirchner para destrozar cualquier plan alternativo de la oposición, nos lleva inexorablemente a un gran fracaso como país a punto tal que al hacer prevalecer los intereses de la pareja gobernante, nos colocan en el fondo de la tabla de posiciones, para decirlo futbolísticamente.

La Argentina, con todo su potencial, con toda su riqueza es una Patria desventurada donde sus mejores hombres estás asqueados de la politiquería barata y naturalmente, asisten al desencuentro nacional.

No en vano, según recientes estadísticas proporcionalmente a sus habitantes, somos el pueblo que más psicólogos tiene, índice incuestionable de lo enfermo que estamos.

Tendremos que ser más solidarios, mas generosos y mejores si queremos aspirar a grandes cosas y dejar de naufragar en la medianía.

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