sábado, 16 de enero de 2010

DOGMATISMO E IRACUNDIA



La muerte de Mercedes Sosa, mas allá de la extraordinaria adhesión popular hacia una figura tan convocante, sirvió para que el “kirchnerismo” montara a su alrededor un espectáculo que hasta obligó a postergar la reiniciación de un partido de fútbol para que la pareja gobernante se exhibiera compungida junto al féretro y la declaración de 3 días de duelo nacional.
Roberto Sánchez “Sandro”, en cambio, no tuvo la misma suerte. Para él no hubo honores oficiales y apenas sí el verborrágico Aníbal F. se acercó para saludar. Seguramente, todo se debió a que hace algunos meses el artista expresó públicamente su adhesión  a  las palabras de Susana Giménez cuando reclamó al gobierno un mínimo de seguridad y, claro está, esa declaración fue suficiente para que el matrimonio presidencial lo considerara como una persona hostil a sus designios.
Ciertamente, el dogmatismo dirige todos los actos y acciones de este gobierno, que como ya hemos dicho, legítimo en su origen, viene violando sistemáticamente la Constitución Nacional, condenado al ostracismo al Congreso y acumulando poder y divisas en una forma alarmante y casi esquizofrénica.
Hemos señalado alguna vez que la oposición, que está más reunida por el espanto que por ideas comunes, no encuentra el camino adecuado para oponerse con mesura no exenta de firmeza a tanto desvarío institucional.
La cuestión resulta de una gravedad inusitada, pues está en juego la subsistencia misma del estado de derecho, máxime cuando según se afirma, existen piqueteros y otros estamentos afines al gobierno, armados hasta los dientes y dispuestos a defender a ultranza a quienes siguen con una política centrada en el clientelismo, la obsecuencia y la captación de votos cautivos.
Al seguir manejando los Kirchnner los dineros públicos y no distribuirlos como corresponde entre las provincias y las intendencias, están fabricando gobernadores mendicantes e intendentes complacientes que se ven desbordados  día a día por quienes pretenden trabajar poco y mal y vivir de prestado, verbigracia, de los subsidios que a diestra y siniestra reparte el Poder Ejecutivo Nacional.
La consecuencia de esta política errática y coyuntural es que cada día la brecha entre peores y ricos se acentúa, a punto tal que mientras en Alemania, por ejemplo, es  de  6 veces, en E UU de 15, en nuestro desventurado país pasa las 30.
Tampoco debe desdeñarse la situación por la que atraviesa la educación, pues pareciera ser que al gobierno le preocupa demasiado poco que los niños vayan a la escuela y cumplan con el mínimo de 180 días de clase en el año y ni que decir tiene que también la salud se encuentra reducida a su mínima expresión, por cuanto quienes carecen de una prepaga o  de una mutual están expuestos a sufrir enfermedades prolongadas, que podrían ser evitadas con un adecuado servicio de salud   y  rápidamente superadas.
Uno de los peores errores que tiene la pareja gobernante es transformar como dogma cuestiones muy opinables,  a las que adosa una iracundia pocas veces vista en la historia  nuestro país.

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