jueves, 7 de enero de 2010

VERDE ESPERANZA


Nuestra última nota, referida a que hacer con el predio ferroviario de 22 hectáreas y fracción, ha recibido distintas respuestas de diferentes tonos, que han logrado en mi espíritu algo muy concreto: estar convencido que el destino más conveniente es el que hemos comentado, vale decir, la creación del campus universitario. No hace falta haber sido ferroviario par defender el ferrocarril y recordar con nostalgia aquel querido Junín de trenes y talleres…

Los espacios verdes son hoy una necesidad, habida cuenta que, pese a que la ciudad está rodeada de ellos, si tenemos en cuenta el Parque Natural Laguna de Gómez y el Parque Borchex, no es menos cierto que en su damero tales espacios son escasos y por ende Junín necesita de pulmones adecuados para solaz y esparcimiento de los jóvenes, d e las criaturas y también de los ancianos. Y cuando hablamos de lugares aptos para la cultura dentro de ese predio ferroviario, lo hacemos en la convicción que debemos desterrar el analfabetismo funcional, dotando a las futuras generaciones de los instrumentos culturales aptos para crear los polos de desarrollo que tanto ansiamos y hacer realidad aquellas ideas plasmadas por aquel presidente, don Arturo Frondizi.

El clientelismo y la obsecuencia solo serán desterrados de esta tierra cuando las nuevas generaciones piensen por si mismas.

Demás está decir que trasladar la playa de maniobras y unidades de talleres a la zona industrial de Saforcada, diseñando a la vez un nuevo recorrido para los cargueros, circunvalando el sector norte en la ciudad y luego empalmando con la zona cercana a Agustín Roca y retomando línea principal no es una utopía, lejos de ello, es un proyecto por lo menos digno de análisis como alguna vez se pensó en épocas del intendente Abel Miguel.

Contemporáneamente con ello habría que agregar la Estación de Transferencia entre camiones y el ferrocarril, como se establece en el Proyecto original del arquitecto Fidel Sánchez, un hombre comprometido desde el vamos con la ciudad y su tiempo.

Ciertamente, de ese modo la línea de pasajeros mantendría su recorrido y atravesaría entonces no la destrucción actual sino la zona administrativa, la futura ciudad universitaria, un acotado centro comercial y los talleres ferroviarios especializados y no contaminantes, todo rodeado de verde, ese verde esperanza que ansío la Providencia permita concretar en algo positivo para que lo disfruten nuestros hijos y todos aquellos que amen y trabajen por Junín y por la Patria.

Hemos insistido en que las sociedades de fomento, las fuerzas vivas y lo colegios profesionales deben ser consultados, pues en ellos radica la sabiduría suficiente para no cometer errores que luego, ante el hecho consumado, resultan difíciles de solucionar.

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