jueves, 31 de diciembre de 2009

Que suerte…que pena!


Nuestra última entrega respecto al destino de las 22 hectáreas y fracción que ocupaban los ex talleres del ferrocarril BAP ha suscitado los más diversos comentarios y entre las críticas que hemos recibido existe la preocupación referida a los espacios verdes que para algunos Junín no necesita, amen de refutarnos nuestro comentario sobre la estrechez de la mayoría de las calles de la ciudad.

En rigor, es una suerte que los conciudadanos se interesen y expresen sus opiniones aunque sea desde el anonimato y seguramente las fuerzas vivas de la ciudad encabezadas por la Sociedad Comercio e Industria, la Sociedad Rural, la CGT, y otros organismos sociales y culturales deberá expresar su opinión que naturalmente tendrá que estar basada en los dictámenes del Colegio de Ingenieros, de Arquitectos, etc.

Los opinólogos del caso entre los que me encuentro, podemos estar acertados o equivocados en nuestras ideas pero mínimamente debemos tener una base técnica para poder dar nuestros puntos de vista –cosa que hicimos previamente en nuestro caso- amen de amplitud de espíritu, sensibilidad social y pensamiento libre de intereses subalternos. Además y como necesidad imprescindible, recordar lo que Junín fue, lo que es y avizorar un futuro concreto, auspicioso y nada mezquino.

Algunos párrafos de nuestros lectores afirman “Junín tiene una proporción de espacios verdes realmente envidiable” (lo creen?) y otro señala: “Se siguen priorizando espacios verdes antes que trabajo” (incoherencia), y más: “Junín creció gracias al taller ferroviario” (Que novedad!), y alguien acota: “Toda ciudad que tiene taller se encuentra ésta en medio de la ciudad”, pregunto: acaso eso es bueno? No hay que corregirlo?.

En concreto pareciera que los críticos desdeñan nuestro deseo de cuidar los espacios verdes que de esos terrenos pueden devenir en el futuro.

Está de más decir que resta que un equipo de urbanistas calificados determine el porcentaje adecuado de manera de lograr un parque multifuncional para expansión popular, con sectores administrativos universitarios, y con la posible ubicación de otras actividades no invasivas.

Repito, los cuestionamientos recibidos nos alegran pues abren caminos de discusión.

Empero también digo “Que pena!” por desaprovechar esfuerzos propios y ajenos sin proponer nada concreto.

Hace falta el equipo urbanístico idóneo ya referido, para que se logre un plan de futuro bien fundamentado, por ende, sumemos esfuerzos, no destruyamos esperanzas.

Y en modo especial no sigamos haciendo propaganda electoral como sucedió cuando en el diario” La Nación” del 7 de Agosto del año 2.00 bajo el título “Buscan reactivar en 18 meses los servicios ferroviarios al interior” el Sr. Néstor Carlos Kirchner señalaba “Abrigo la esperanza de poner en funcionamiento la red troncal ferroviaria fijándose un plazo no superior a los 18 meses”. Estas palabras fueron pronunciadas por el subsecretario de Transporte ferroviario Julio Montana. Han pasado seis años…por lo visto las palabras se las lleva el viento…

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