viernes, 29 de mayo de 2009

LA TRANSFORMACION DE LOS ANTIGUOS TALLERES DE JUNIN


Que los juninenses hemos sido rápidos para los mandados, no cabe duda alguna .Un ejemplo de otros tiempos, fue la actitud de un núcleo animoso de vecinos que encabezados por el señor Pesado, en la segunda década del siglo xx, ofrecieron a los británicos terrenos muy bien ubicados para que en forma gratuita instalaran en ellos los talleres ferroviarios más importantes de la línea “Buenos Aires al Pacífico” que terminaban en Valparaíso, República de Chile.Postergaron así a la vecina Chacabuco que les pedía mucho dinero para que se concretara la obra en esa ciudad y también a Laboulaye en quien se había pensado primeramente, pero que adolecía de una desventaja capital: el agua salada.A partir de entonces, Junín se transformó en el segundo taller en importancia del país, después de Tafí Viejo en la provincia de Tucumán. Y poco a poco, llegaron a éstas tierras familias inglesas, irlandesas, españolas e italianas que poblaron la que se dio en llamar “la antigua ciudad ferroviaria”. A POCO ANDAR, LLEGAMOS A CONTAR CON 5000 OPERARIOS Y NATURALMENTE, CADA VEZ QUE SONABA EL FAMILIAR SILBATO O “PITO” DE LAS 6 Y CUARTO, UNA COLMENA DE TRABAJADORES SE AGOLPABAN POR LA PUERTA DE Jean Jaures para ingresar alegres y confiados en llevar el pan a su casa, a los distintos departamentos, de Mecánica, Carpintería, Pintura, Tráfico. Etc. etc., sin contar a los que recalaban de éste lado de las vías, en las puntillosas y exigentes oficinas de la administración. Empero, no faltaron quienes comenzaron a destruir el Ferrocarril, desde adentro y desde afuera. El Directorio fue ocupado en largos períodos por individuos que tenían intereses en el transporte vial, en las empresas de micros y de camiones de larga distancia. Los sindicalistas, en lugar de defender la fuente de trabajo, empezaron a llenarse los bolsillos mientras muy pocos de ellos comprendían que si al fin “los Ferrocarriles eran argentinos” habían sido comprados para cimentar la grandeza nacional y no para servirse de ellos. La prensa nacional hizo lo suyo, declarando que sus pérdidas eran enormes sin advertir que en todos los países del mundo el transporte ferroviario da pérdida porque llega a las estaciones y lugares más remotos y que fundamentalmente es un servicio público que debe ser preservado a cualquier costo.Convenientemente trabajada, la opinión pública comenzó a creerles y los defensores de los talleres -que siempre los hubo- contemplaron azorados que se levantaban rieles con el recordado plan pergeñado por Alzogaray... Y allí comenzó la debacle pues con el menemismo, años después, se logró paralizar todo el sistema. Naturalmente, nuestro Junín vio con amargura como se cerraban los talleres y cuando se quiso reaccionar ya era demasiado tarde. Es más, a muchos poco les importó... Y así es como llegamos al estado actual donde en esas 22 hectáreas más la quinta La Florida, reina el caos, el desorden y las ratas deambulan como Pedro por su casa... La Municipalidad, que debería ejercer el derecho de policía en defensa de los vecinos a quienes los roedores se les meten en sus casas, está adormecida, con los brazos cruzados, siendo que debiera ser la primera en poner las cosas en su lugar... En notas sucesivas, Dios mediante, iremos desbrozando el camino, señalando responsables y sugiriendo medidas urgentes sin perjuicio de analizar el status jurídico actual de ese pedazo tan querido, lleno de recuerdos inolvidables. Como primer paso en el buen camino, es grato decir que se acaba de constituir en nuestro suelo una O.NG. que bajo el título “Grupo de Trabajo pro un tren para todos”, empezará `por ocuparse del servicio precario que se presta entre Junín y Retiro, amen de proyectar la película “La Próxima estación”, en forma gratuita, e interesarse por el destino de los predios ferroviarios abandonados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario