martes, 2 de marzo de 2010

LA SUMA DEL PODER PÚBLICO


Allá lejos y hace tiempo, como diría Guillermo Hudson, el Brigadier Gral Juan Manuel de Rosas, exigió para hacerse cargo del poder que la Legislatura de Buenos Aires le otorgara la suma del poder público, cosa que así sucedió por abrumadora mayoría, en marzo de 1835.
Eran tiempos difíciles, la anarquía era total y el “dictador” comprendió que sin una mano fuerte y adoptando procedimientos duros, era imposible gobernar, por eso su exigencia ampliamente correspondida. A casi 200 años de aquellos eventos hoy asistimos a una película totalmente diferente: el gobierno de los “K” con legitimidad de origen asombra al país realizando alquimias diversas para gobernar de la misma manera. Para ellos no existe otra Argentina que la que fabrican a diario con medidas totalmente inconstitucionales y que mantienen en vilo a la oposición que seguramente ya se hubiera disgregado o poco menos si no tuviera que abroquelarse ante tanto desatino.
Nos guste o no “Lilita” Carrió ha sido la única que ha visto claro- como tantas otras veces- negándose a participar de la Asamblea Legislativa en la que la Presidenta entretuvo con su improvisación cuasi-farandulesca a los legisladores mientras a través de la Presidenta del Banco Central se consumaba otra maniobra, para apoderarse de una parte sustancial de las reservas acumuladas. Días antes el inefable senador Pichetto- “menemista” convertido a los “K”- había dejado en ridículo a los radicales levantando la sesión con su retirada y de este modo, burlándose en sus narices de quienes no aprenden mas.
De todos modos, lo que resulta evidente es que los estrategos del gobierno están acostumbrados a tomar de sorpresa a la oposición con medidas que resultan casi jugadas maestras si no tuvieran un fondo tenebroso, pues persiguen el único propósito de gobernar sin las instituciones, a las que dicen defender.
El Congreso de la Nación es la víctima propiciatoria y seguramente sin cerrarlo, los “K” volverán a convertirlo en una suerte de escribanía o en un estamento declinante.
La estrategia de la pareja gobernante consistía en lograr mantenerse en el poder hasta el 2016, pero sus enormes picardías y el deseo desenfrenado de manejar “la caja chica”- y también “la grande”- está recortando dramáticamente aquellos plazos y aquellos sueños y seguramente tendremos que vivir en 2 años convulsiones políticas que nadie se atreve a predecir en su intensidad.
Mientras tanto la inflación sacude el salario de los pobres, el campo no puede recuperarse a pesar de la abundancia de las cosechas, las inversiones foráneas no aparecen y la producción, en definitiva, es cada vez menor si la comparamos con las reales posibilidades que potencialmente tiene la Nación.
Como diría el Quijote, “cosas veredes, Sancho, que harán fablar las piedras”…

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