viernes, 5 de marzo de 2010

“NO LAS HEMOS DE OLVIDAR…”


Cuando terminó la 2da Guerra Mundial todo el mundo creía que el Imperio inglés que, en rigor había soportado todo el peso de la guerra, volvería por sus fueros y sería una vez más, dueño de los mares, de los mejores intercambios comerciales en todo el planeta y por ende, sus habitantes seguirían usufructuando un bienestar que les habían proporcionado sus antiguas colonias.
Nada de eso ocurrió. Inglaterra pasó a ser dentro de los países desarrollados una Nación de segundo orden, siendo superada rápidamente por las potencias aparentemente vencidas como Alemania y Japón. Pese a que su antiguo aliado trató de protegerla siempre- y me estoy refiriendo naturalmente a los Estados Unidos- es de toda evidencia que  su situación insular respecto de la Europa continental y la independencia cuasi masiva de sus colonias, en especial la India, terminaron por hacerles ver a los ingleses que los únicos enclaves que debían proteger eran entre otros, Gibraltar y las Islas Malvinas. Esa fue la verdadera razón por la cual se vinieron con todo el material disponible al Atlántico Sur en ocasión de la invasión argentina en 1982.
Y esa es también la única razón valedera que permite afirmar que aun cuando deban desobedecer a las Naciones Unidas y hacer caso omiso de la exhortación de los 33 países sudamericanos, el Reino Unido jamás devolverá las Islas Malvinas.
No solo eso, también intentarán aprovechar todo lo que puedan las enormes reservas petrolíferas y pesqueras que existen alrededor de las islas.
Mientras tanto, la Argentina se debate en inútiles reclamos que nunca prosperan, porque en todo caso y en el supuesto de una resolución demasiado definitiva de la ONU, los ingleses ejercerán naturalmente, el derecho de veto.
 A todo este panorama debe agregarse que los insulares no ignoran que la Argentina no está en posición de intentar ningún reclamo por su soberanía, habida cuenta que gracias a la “desmalvinización” que se operó en nuestro país, las otrora fuertes Fuerzas Armadas Nacionales hoy son apenas un epigrama de aquellos cuerpos compactos que tanto dieron que hablar al mundo en otras épocas.
Hoy carecen de presupuesto adecuado, no tienen soldados, apenas unos cuantos enganchados y no están en posición de defender el suelo nacional.
Sabemos que los ingleses no son tontos, todo lo contrario, siempre han sacado ventaja a través incluso, de la piratería y el contrabando y nada indica que esa filosofía de vida vaya a cambiar.
Claro que nada es permanente en esta vida y quizás, más tarde que temprano, Argentina pueda rehacerse y entablar negociaciones diplomáticas, pero con el respaldo de una fuerte cohesión social, aspirando a un destino común irrenunciable: ser los Estados Unidos del Sur.

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